Salud mental y fertilidad: cómo el estrés y las emociones influyen en el equilibrio hormonal
Descubre cómo el estrés y la salud mental pueden afectar la fertilidad. Conoce la relación entre las emociones, el sistema hormonal y la posibilidad de concebir, y aprende por qué cuidar tu bienestar emocional también es cuidar tu cuerpo.
SALUD MENTALSEXUALIDADFERTILIDAD/INFERTILIDAD
Artículo escrito por Victoria Larraín, psicoterapeuta y psicóloga clínica especializada en infertilidad.
10/23/20254 min leer
El estrés y las emociones intensas pueden alterar el equilibrio hormonal y afectar la fertilidad tanto en mujeres como en hombres.
La conexión entre mente y cuerpo hace que cuidar la salud mental sea también cuidar la capacidad reproductiva.
La infertilidad puede generar ansiedad, frustración y tristeza, creando un círculo de retroalimentación emocional y fisiológica.
Incorporar apoyo psicológico, técnicas de relajación y hábitos saludables favorece el bienestar integral y la regulación hormonal.
Intentar concebir puede ser uno de los momentos más esperados en la vida de una persona o pareja, pero también puede generar una enorme carga emocional. Sentimientos de ansiedad, frustración, culpa o presión social aparecen con frecuencia. Es importante recordar que la mente y el cuerpo están profundamente conectados: lo que sucede en nuestro interior —emocionalmente— puede repercutir también en lo biológico.
En este artículo veremos cómo la salud mental, especialmente el estrés, puede influir en la fertilidad a nivel hormonal, y qué estrategias ayudan a cuidar este vínculo.
Cómo el estrés afecta el equilibrio hormonal
Cuando vivimos en una situación de estrés crónico, nuestro organismo activa el eje hipotálamo–hipófisis–adrenal (HHA). Este eje libera cortisol y otras hormonas del estrés que, en niveles elevados, pueden interferir con los sistemas reproductivos y endocrinos (Smith et al., 2023).
En la fertilidad femenina, el estrés prolongado puede alterar el eje hipotálamo–hipófisis–gonadal (HPG), afectando la liberación de gonadotropinas y, con ello, los procesos de ovulación (Kwak et al., 2022).
Por ejemplo:
Se ha observado que niveles altos de estrés percibido se asocian con un mayor tiempo para lograr el embarazo (Lynch et al., 2014).
El cortisol elevado puede alterar la reserva ovárica, la ovulación y otros indicadores de fertilidad (Healy et al., 2023).
Durante la “ventana fértil”, el estrés puede reducir la probabilidad de concepción (Orlando Health, 2023).
En resumen, aunque no siempre sea el único factor, el estrés emocional puede influir de forma importante en la capacidad de concebir a través de mecanismos hormonales.
Impacto emocional en la fertilidad: más allá de lo biológico
Más allá de los procesos hormonales, las emociones desempeñan un papel esencial. La ansiedad por “no lograrlo rápido”, la culpa o la sensación de “fracaso” pueden alimentar un estado de hiperalerta: tensión muscular, insomnio o alimentación irregular, que a su vez afectan el equilibrio hormonal.
Diversos estudios han mostrado que las personas que atraviesan infertilidad presentan niveles significativamente más altos de ansiedad, depresión y estrés (Maroufizadeh et al., 2017). Este vínculo entre mente y cuerpo —emociones que activan el estrés, estrés que altera las hormonas, hormonas que afectan la fertilidad— revela la importancia de un abordaje integral que contemple tanto lo físico como lo emocional.
La bidireccionalidad del vínculo: cuando la infertilidad también afecta la salud mental
No solo el estrés puede complicar la fertilidad: la propia experiencia de infertilidad puede impactar negativamente en la salud mental. El diagnóstico, los tratamientos y la incertidumbre generan angustia y tristeza. Las mujeres que enfrentan infertilidad suelen reportar mayores niveles de estrés y depresión que los hombres en la misma situación (Tang et al., 2024).
Este fenómeno puede convertirse en un círculo de retroalimentación: dificultades para concebir → aumento de ansiedad → impacto hormonal → nuevas dificultades para concebir. Cuidar la salud mental, por tanto, no solo mejora el bienestar emocional, sino que también puede favorecer el equilibrio fisiológico necesario para la fertilidad.
Estrategias para cuidar la salud mental durante el proceso de fertilidad
Psicoterapia y acompañamiento emocional: Contar con un espacio profesional donde explorar las emociones ayuda a reducir el estrés y a mejorar el bienestar general.
Técnicas de relajación y mindfulness: Estas prácticas reducen la activación del eje del estrés y promueven la conexión mente-cuerpo (Pasch et al., 2016).
Cuidado del sueño y hábitos saludables: Dormir bien, mantener horarios regulares, hacer ejercicio moderado y cuidar la alimentación favorecen la regulación hormonal.
Comunicación con la pareja y apoyo social: Compartir lo que se siente y pedir ayuda emocional es esencial para reducir la carga psicológica.
Auto-compasión y expectativas realistas: Recordar que el proceso de fertilidad no define el valor personal y que cada cuerpo tiene su propio ritmo.
En conclusión...
La fertilidad involucra cuerpo y mente, donde habitan nuestras emociones. Cuidar la salud mental es cuidar también la capacidad reproductiva. Cuando el estrés, la ansiedad o el agotamiento emocional se prolongan, pueden afectar el equilibrio hormonal y, con ello, la posibilidad de concebir.
Si estás intentando concebir o te sientes abrumada/o por este proceso, recuerda que pedir apoyo no es un signo de debilidad, sino de sabiduría. Cuidar tu bienestar emocional es una parte esencial del camino hacia la fertilidad y el bienestar integral.
Artículo escrito por Victoria Larraín, psicoterapeuta y psicóloga clínica especializada en infertilidad.
Basado en mi práctica clínica en Chile y formación en Análisis Existencial.
Referencias
Healy, A. J., Patel, N., & Smith, J. (2023). Infertility and cortisol: A systematic review. Frontiers in Endocrinology, 14, 1147306. https://doi.org/10.3389/fendo.2023.1147306
Kwak, Y., Kim, J., & Park, H. (2022). Chronic stress and ovulatory dysfunction: Implications for female fertility. Frontiers in Endocrinology, 13, 9168655. https://doi.org/10.3389/fendo.2022.9168655
Lynch, C. D., Sundaram, R., Maisog, J. M., Sweeney, A. M., & Buck Louis, G. M. (2014). Preconception stress increases the risk of infertility: Results from a prospective cohort study. Human Reproduction, 29(5), 1067–1075. https://doi.org/10.1093/humrep/deu032
Maroufizadeh, S., Karimi, E., Vesali, S., & Omani-Samani, R. (2017). Anxiety and depression after failure of assisted reproductive treatment among patients experiencing infertility. International Journal of Reproductive Biomedicine, 15(7), 403–408. https://doi.org/10.29252/ijrm.15.7.403
Orlando Health. (2023). How stress may impact fertility. https://www.orlandohealth.com/content-hub/how-stress-may-impact-fertility
Pasch, L. A., Holley, S. R., Bleil, M. E., Shehab, D., Katz, P. K., & Adler, N. E. (2016). Mindfulness-based intervention for stress and fertility. Fertility and Sterility, 105(3), 589–597. https://doi.org/10.1016/j.fertnstert.2015.11.004
Smith, R., Healy, A., & Patel, N. (2023). Female infertility as a result of stress-related hormonal changes. Gynecological and Reproductive Endocrinology & Metabolism, 4(3), 104–113. https://doi.org/10.30983/grem.v4i3.456
Tang, J., Zhang, Y., & Li, H. (2024). Gender differences in psychological distress among individuals facing infertility: A cross-sectional study. BMC Women’s Health, 24(1), 3072. https://doi.org/10.1186/s12905-024-03072-5